miércoles, 14 de marzo de 2012

La autoimagen

Esa representación mental que tenemos de nosotros mismos, que puede ser estable o modificable en el tiempo, conformada por los detalles autorreferentes y observables ( la altura, el color del pelo, la forma y volumen del cuerpo, el trazo de las facciones..) y no observables como las características que cada uno aprendemos de nosotros mismos o internalizamos de los demás, puede ser consecuencia, pero también causa de muchos trastornos psicológicos ya que puede haber una diferencia considerable entre la autoimagen y la realidad, es decir entre la percepción subjetiva, y la evaluación objetiva, por ejemplo en trastornos como la anorexia nerviosa o el trastorno dismorfico corporal.  

 Hay una cierta simplificación del yo y la subjetividad. La imagen corporal,  cobra vida en la interacción de miradas y reacciones – la auto-percepción, el reflejo especular, la mirada ajena, la propia reacción a ellas, la percepción de los otros –, en el ir y venir incesantes que perfilan activamente la propia imagen del cuerpo. Se trata sin duda de un fenómeno estético.  De manera creciente se considera una necesidad del bienestar individual y, en algunos casos, social, a saber, la coincidencia entre modelos cambiantes del cuerpo y la imagen del propio cuerpo. La noción de bienestar que le sirve de fundamento sobrepasa la sola consecución del equilibrio  para destacar lo que parece aún más importante: la capacidad de vivir armoniosamente con la propia imagen y de ofrecer al otro una impresión que se ajuste a cánones de belleza y perfección física cada vez más exigentes. 
Esta argumentación reconoce asimismo el imperativo de paliar los signos de envejecimiento por cuanto se asimilan a la pérdida del poder de seducción y de la fortaleza, e indican que ya se recorre el camino hacia la muerte, Pero es posible, que en esa disociación entre lo que se pretende reflejar y lo que es visto,  desde la propia mirada, cobre tal magnitud que distorsione el valor del autocuidado.

Y precisamente el 7 de marzo,  El Colegio de Periodistas de Cataluña, la Academia de la Televisión y la Fundación Imagen y Autoestima, han presentado un Decálogo de buenas prácticas sobre el fomento de la autoestima y la imagen corporal en los medios de comunicación.
  
El Decálogo propone:

  1. Promover la imagen de modelos corporales realistas que fomenten la salud.

  2. Fomentar la diversidad corporal y el respeto a ésta como un hecho y una riqueza.

  3. Evitar promover las de conductas de riesgo para la aparición de los trastornos, especialmente la promoción de dietas sin informar de los peligros para la salud.

  4. Promover estilos de vida y hábitos alimentarios saludables, evitando la difusión de falsas creencias.

  5. Promover el fomento de la autoestima más allá de lo físico.

  6. Evitar la proyección de modelos asociados a la apariencia física.

  7. Fomentar estilos de vida saludables en la población infantil y evitar mensajes contrarios en horarios restringidos.

  8. Proteger especialmente a la población adolescente: el colectivo más predispuesto a sentirse insatisfecho con el físico e incorporar conductas de riesgo.

  9. Promover mensajes y contenidos sobre mujeres no focalizados en la apariencia física.

  10. Mostrar sensibilidad y rigor en el acercamiento a los trastornos de la conducta alimentaria como enfermedad.

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